En los últimos años, la industria automotriz ha sido testigo de avances rápidos en vehículos conectados inteligentes (ICV). Estos vehículos, también conocidos como automóviles conectados inteligentes, están equipados con tecnologías avanzadas que facilitan la comunicación de vehículo a vehículo (V2V) y de vehículo a infraestructura (V2I). ICVS integran sensores, procesadores y módulos de comunicación para permitir la conectividad a Internet y la comunicación entre vehículos. Recopilan y analizan datos en tiempo real para tomar decisiones informadas, mejorando así la experiencia de manejo. La operación efectiva de los ICV depende de sus sistemas de sensores, dispositivos de comunicación y capacidades de procesamiento de datos. Los beneficios clave incluyen una mayor seguridad, una mejor eficiencia y una experiencia elevada del conductor. Los ICV representan el futuro del transporte al proporcionar una experiencia de manejo más segura, más eficiente y más agradable.